28 de noviembre de 2009

Hoy mientras esperaba el micro pensaba, y me acordé que el otro día, no sé con quién (creo que era Gabi), hablamos de que agradecemos estar vivas, poder sentir.. Hoy, estaba escuchando música, y dije gracias, porque la música es hermosa, y ni me imagino lo que sería no conocerla. Y me acuerdo de Beethoven, que aprendió a escucharla y disfrutarla como lo hacen muy pocos. Me impresiona.
Digo gracias porque veo, y además veo bien. Los colores son algo que me encanta. ¿Qué siente alguien que nunca pudo verlos? Supongo que no lo sufre, porque en realidad no sabe qué son. ¿Y el que los conoció, y después sufrió la desgracia de perder la vista? Debe ser horrible; porque más allá de los colores y lo que puedan significar para cada uno, hay muchas otras cosas para ver. Hay muchas cosas que entran por los ojos, que nos hacen sentir. Las miradas. Son algo tan importante en mi vida. Expresan tanto.
Agradezco estar saludable, poder correr, saltar, gritar. Puedo jugar al tenis que me encanta, puedo salir a correr, puedo caminar.
Y aunque me queje de mi cuerpo, más precisamente de mi figura, también agradezco tenerla, porque podría ser mucho peor. Tampoco me gustaría ser reflaca pero refea. Prefiero ser normal. Normal de estatura, normal de cara, normal.
Me da alegría poder y saber sentir. Porque aunque suene re cursi, los sentimientos son hermosos, y nos hacen ser lo que somos. ¿Qué tan aburrida será la vida de una planta? Pero ves, las plantas tampoco sienten el aburrimiento. Muy feo la verdad. Me encanta poder sentir, y me encanta tener la cabeza para pensar en estas cosas. No sé cuánta gente se pone a pensar en esto, pero yo me siento rara.
Agradezco no tener ninguna enfermedad. No más que sinusitis crónica, pero es lo de menos. A mí no me molesta. Soy sana, de cuerpo y mente. Puedo pensar. Tengo memoria. Aprendo rápido. No sé, está bueno darnos cuenta de que a veces nos quejamos más de lo que debemos.
Por ejemplo yo, muchas veces me quejé porque no tenía una puta remera que ponerme, pero tengo suficiente ropa. Veo a familias en la calle que andan con ropa vieja, rota, regalada, y yo me quejaba porque entre las quince, veinte, treinta remeras, no encontraba una que me gustara. Ahora ya no lo hago, pero sé que en parte es porque ya manejo mi plata, y si quiero algo me lo compro yo. Y por eso estoy agradecida, porque tengo todo lo que quiero. No me puedo comprar el bolso nike que me encantó que estaba quinientos pesos, porque no me da para gastarme esa plata en un bolso. Y aunque la tuviera creo que no me lo compraría, porque soy consciente de que es un delirio.
Algo que me encanta es cantar. Y gracias al destino tengo voz. Tengo voz y algo de oído musical. Cómo me gusta.
Agradezco a la vida que me dio miles de oportunidades de ser feliz, muchos amigos con los que puedo reirme, llorar, hablar, y todo lo que quiera, y una familia enorme y hermosa, con la que me llevo perfecto. 
Gracias a la vida. Gracias al destino. Y aunque a veces, por pequeñas cosas digo que no es así, la vida es hermosa, y aprendo a disfrutarla cada día más. Sé que por cada cosa mala que me pasa, hay muchas más, mucho más buenas, que lamentablemente no les había dado el lugar que se merecían, y resaltaban las demás. Ahora, hoy, después de escribir esto, las valoro más, y me doy cuenta de que ocupan una gran parte de mi vida. Gracias destino.

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